lunes, 24 de diciembre de 2012

Poema de amor al viento

Sos el que espero que pase al lado mío, 
aunque sepa 
que no me vas a mirar,
aunque esté más que claro
que no me vas a dirigir la palabra,
aunque vea nítidamente
a la que te espera sonriente en la esquina,
aunque tus ojos se abran y tus pupilas se dilaten al verla,
aunque sepa que cuando pases a mi lado, 
probablemente estés pensando en esa de la esquina
y no en mí.

Sos el que espero que pase al lado mío,
porque cuando lo hagas, 
vas a dejar ese vientito con olor a vos,
y no necesito más que eso.
Con tu vientito alcanza. 

Poema de amor en equilibrio

Ni para atrás, ni para adelante. Aquí.

Los amores de bicisenda tienen ese qué se yo. 

Intensa y efímera: la mirada de estos encuentros puede llegar a provocar cámaras pinchadas, moretones, 
y hasta quizás, el fin de la vida de alguna paloma inocente.
La reverberancia queda flotando a medida que el pedal gira. Los amores de bicisenda son tan pero tan fuertes, que no sólo los sienten los humanos, sino también el inanimado objeto animado compañero, que en pleno arranque de celos, nos aleja recordándonos que tenemos un lugar al que llegar.