miércoles, 10 de agosto de 2011

AptaParaTodoPúblico

Había una vez, hace muchísimos años, dos hermanas gemelas que se llamaban Sol y Luna. Sol era brillante, cálida y ruidosa, mientras que Luna era radiante, vergonzosa, y tranquila. Su grupo de amigas, las Estrellas, ya no sabía qué hacer para que dejen de discutir. Todo el tiempo estaban juntas, y todo el tiempo se peleaban porque una tenía mucho frío cerca de la otra y porque la otra no la dejaba dormir a una, y otros motivos importantísimos. Debatían todo el día y toda la noche sobre las cosas en las que no estaban de acuerdo. Hasta que por fín, sus amigas las Estrellas tuvieron una reunión. Luego de pensar muchos planes para que se lleven bien, se les ocurrió que el problema, era que pasaban demasiado tiempo juntas. Por eso, decidieron limitar el tiempo, a sólo dos ocasiones en el día: el amanecer, y el atardecer. Cuando les contaron la idea a Luna y a Sol, ellas pensaron que era un buen plan. Lo intentaron durante un tiempo, y funcionó, porque cuando se veían sólo se extrañaban, y no tenían ganas de discutir. Pero como estaban solas todo el tiempo, empezaron a ponerse muy tristes. Entonces las Estrellas, tuvieron otra reunión. Preocupadas, intentaron pensar alguna solución para que Sol y Luna no estuvieran tristes, y se les ocurrió una magnífica idea. ¡Las Estrellas estarían durante el día con Sol, y durante la noche con Luna! Es así, que hasta el día de hoy, este gran grupo de amigas, pasan dos momentos de diversión en cada amanecer y atardecer. 




Para Uma, Luisi, Mía, Emi, Fran y José.

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